El último día del Encuentro de los Equipos de Pastoral Juvenil y Vocacional de Iberia lo hemos dedicado casi íntegramente a cuestiones organizativas y de programación. Hemos empezado la jornada con Laudes y celebración eucarística. Después del desayuno hemos ido tratando los asuntos que estaban en la agenda de trabajo, entre los más importantes destacamos la información y comentario del Encuentro Europeo de Apostolado realizado en Buckden, en febrero, del que se ha comentado todo lo que se refiere a Pastoral Vocacional. Lo mismo se ha hecho con el encuentro de Pastoral Vocacional que las Provincias de Europa (CEC) tuvieron en Polonia. Se prevé que este encuentro de los equipos de PJV cuente, a partir del año que viene, con la presencia de los representantes de la CEC.
Un tiempo especial ha merecido todo lo relacionado con las Jornadas Mundiales de la Juventud, de manera particular lo que se organiza a nivel de Familia Claretiana y lo que prepara la FERE. Hemos hablado también de posibles temas que podrían tratarse en el Encuentro del próximo año, que deberá ser preparado por el Equipo de Bética. Y hemos concluido la mañana con una breve evaluación espontánea de estos días.
Ya por la tarde nos hemos dirigido al centro de Tarragona, donde hemos pasado un buen rato en la comunidad y en la iglesia de los Claretianos de aquella ciudad: los cuatro Padres nos han recibido con gran amabilidad y hemos podido tener una fraterna y agradable conversación mientras nos enseñaban la casa, nos ofrecían café o nos explicaban la historia de la iglesia en que ejercen el ministerio.
Acompañados por un guía hemos podido realizar un interesante recorrido por la Tarragona romana y medieval. Al llegar a la Catedral se ha unido al grupo el P. Màxim Muñoz, Provincial de Catalunya, que ha compartido con nosotros hasta después de la cena. La visita ha terminado al final de la tarde en el Balcón del Mediterráneo y en la avenida que une este mar con el “Atlántico”. Hemos conseguido sobreponernos al cansancio de las horas de visita y de trabajo anterior gracias a una refrescante bebida en una terraza de la “Rambla Nova” y especialmente a la cena en el “Serrallo”, el barrio de pescadores en el puerto de Tarragona, en la que, naturalmente, hemos saboreado los frutos del mar.
El encuentro termina mañana con el desayuno. Y algunos piensan desayunar temprano para poder emprender el viaje de regreso. Así que el final de la cena supone la despedida y el agradecimiento a todos, especialmente al Equipo de Catalunya que ha preparado el Encuentro, al P. Mario, tan cordial con nosotros durante estos días, y a los dos ponentes que nos hay ayudado en nuestras reflexiones.